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servicio
9 de octubre de 2021
El poder del Reino - Mateo
La historia de hoy trata de un hombre paralítico y de Jesús. Algunos de nosotros estamos paralizados físicamente y clamamos por la mano sanadora de Dios. La mayoría de nosotros entramos en nuestra sala de televisión para ver el servicio en línea (o en el servicio de adoración), pero seguimos paralizados. ¿Cómo es eso?
Algunos de nosotros estamos paralizados espiritualmente. Ya no creemos que Dios esté activo en nuestro mundo. Dios se siente tan distante. Nuestras oraciones parecen rebotar en el techo. Sentimos que Dios está paralizado. Nuestras súplicas son como la del salmista: "¿Por qué duermes, Señor?".
Algunos de nosotros estamos mentalmente paralizados. Pensamientos ansiosos y preocupantes llenan nuestras mentes: el cambio climático, la cuarta ola de COVID-19, la tensión financiera, etc. Nos sentimos impotentes. Luchamos por ordenar nuestros pensamientos. Como el salmista, exclamamos: "¿Por qué mi alma está tan turbada?
Algunos de nosotros estamos paralizados emocionalmente. Nuestras relaciones son tensas. El perdón, la reconciliación y la curación parecen estar muy lejos de nosotros. La presión relacional nos ha dejado languideciendo. ¿Por qué debemos seguir amando a quienes nos rechazan? Lloramos: "¿Hasta cuándo, oh Dios?
¿Qué nos diría Jesús a los que sufrimos la parálisis de tantas maneras?
Preguntas para la reflexión: